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SANTA MARÍA DE LA RÁBIDA 

En 1988, cuando ya se vislumbraba la cercanía de los 500 años de la evangelización de América, la Arquidiócesis de Buenos Aires decidió dedicar una parroquia en la ciudad, para homenajear ese hecho tan trascendente en nuestra historia. Por ese motivo se eligió esta advocación de la Virgen, ya que es la que se venera en el monasterio de Huelva (España), desde donde Cristóbal Colón y sus marineros, a los pies de Nuestra Señora, encomendaron su histórica gesta. El papa Juan Pablo II la coronó como “Estrella de la Evangelización”.

El lugar elegido para nuestra parroquia porteña fue un edificio ya existente, en la esquina de la avenida Belgrano y la calle Luis Sáenz Peña, donde habían funcionado originariamente los colegios

de la Misericordia y Cardenal Newman.

Fue inaugurada el 3 de septiembre de 1988, luego de los trabajos de remodelación realizados por el arquitecto Oscar Burelli. El primer párroco realizó un rediseño con una fuerte carga simbólica, sobre todo en las imágenes, y quienes lo sucedieron en el cargo retornaron al templo tradicional, con la entronización de nuevas imágenes: el Cristo del amor y la misericordia, la Virgen, el Sagrado Corazón y algunos santos muy venerados, como San José y Santa Teresita, todas tallas en madera realizadas por el artista Diego Curutchet, al igual que las que se ubicaron en el frente del altar y del ambón, las del Via Crucis y el Espíritu Santo -que preside la Capilla de Adoración al Santísimo-. Otros santos que nos acompañan en el templo son san Alberto Hurtado, santa Juana Beretta Molla y, próximamente, el beato Juan Pablo I.

La iglesia tiene rasgos característicos y originales, como sillas de madera y paja, distribuidas en semicírculo alrededor del altar: un rasgo informal que subraya el carácter de reunión casi familiar y de participación de la asamblea en el encuentro eucarístico. Y ese es uno de los rasgos más notables de nuestra parroquia: somos una familia que reza unida.

La imagen de Nuestra Señora de La Rábida, que nos recibe al ingresar al templo, nos invita a entrar y a formar parte de alguno de sus grupos: misioneros, catequistas, Cáritas, Madrugadores, apoyo escolar, matrimonios, entretenimiento y formación para chicos de todas las edades, ministerios del alivio y de la escucha, entre otros.

Las instalaciones permiten acoger a esos distintos grupos. A lo largo de los años y, gracias al apoyo de muchos feligreses, se han ido instalando distintas dependencias: en el subsuelo -donde también funciona el consultorio médico- está el auditorio; en el primer piso, la biblioteca y varios salones dedicados a la formación y al encuentro; en el segundo piso, el oratorio y más salones de uso múltiple. Fue muy importante la instalación del cinerario en nuestro hermoso patio parroquial, rodeado de cipreses a imagen de los antiguos claustros.

Todo esto crea un clima de singular acogida y reúne en torno al altar

a la hermosa comunidad de La Rábida, orante, misionera y comprometida.

¡Acercate a conocer La Rábida! - Te esperamos firmes en la Fe.